Breve Reseña sobre Productos Formulados en base a Aceite de Neem.

El árbol de Neem (Azadirachta Indica) es originario del subcontinente indio, pertenece a la familia Meliaceae y crece en regiones tropicales y subtropicales del planeta. En la India se lo conoce popularmente como “farmacia del pueblo”.  El sistema de medicina natural “Ayurveda” utiliza las partes de esta planta como medicina para múltiples afecciones, basando sus experiencias en antiguos textos de más de 4.000 años.

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El árbol de Neem puede llegar a medir más de 20 metros de altura en condiciones favorables, sus flores son blancas y sus frutos son carnosos, similares a una aceituna. De este fruto se extrae el aceite que tiene múltiples usos: desde jabones, cremas, bálsamos y demás productos de cosmética hasta fertilizantes y biopesticidas.

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Semillas de Neem preparadas para la extracción de aceite 


En cosmética el aceite de Neem es utilizado en una amplia gama de productos para el cuidado de la piel, principalmente jabones, cremas hidratantes y/o reparadoras, cremas “after shave”, aceites de masaje y otras formulaciones para hidratar, proteger y reparar la piel. Se lo utiliza terapéuticamente en enfermedades como la psoriasis, urticaria y acné, por mencionar sólo algunos trastornos de la piel que el Neem ayuda a resolver.

jabon 

También es muy empleado en higiene y cuidado bucal, ya que combate enfermedades periodontales como la gingivitis, la piorrea y también previene la formación de caries.

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En India es  muy común mascar ramitas pequeñas o corteza del árbol de Neem, con el fin de blanquear los dientes y evitar enfermedades. No es casual que en este lugar del mundo no proliferen las enfermedades bucales o periodontales entre la inmensa población: el Neem tiene propiedades bactericidas comprobadas desde hace miles de años. Sus aceites esenciales contienen compuestos antisépticos, antivíricos y antifúngicos. Algunos de estos compuestos activos son la Azadiractina, Nimbina, Nimbidina, Salanina, Meliantrol y muchas más que actualmente se encuentran en etapa de investigación.

Su aplicación también se extiende al campo veterinario, donde se lo utiliza como repelente de insectos en vacas, caballos y otros tipos de ganados menores, básicamente como antiparasitario de amplio espectro, tanto en uso interno (ingesta) como externo (lavajes, ungüentos y cremas).

En India, China y ciertos países de África donde las plantaciones de Neem datan de varios decenios, son famosas las “tortas” de Neem, realizadas con los residuos de la extracción del aceite, hojas y corteza del árbol. Este subproducto se utiliza para alimentar poblaciones afectadas con diversas problemáticas, desde mastitis (asociada a la bacteria Staphylococcus aureus) hasta el tratamiento de la sarna sarcóptica en el cerdo. Para uso externo, las hojas son utilizadas en las heridas de animales para  erradicar los gusanos y colaborar en la normal cicatrización de la piel.

El aceite de Neem se utiliza también para repeler la ovoposición de moscas en las heridas de los animales. Por un lado, repele a los insectos por su olor característico y por otro (a nivel molecular), la química de la Azadiractina actúa como antialimentario e inhibidor de la síntesis de quitina en los huevos,  larvas y pupas de diversos insectos (moscas, mosquitos, gusanos, etc) impidiendo el normal desarrollo de éstos hacia su estado adulto.

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Molécula de Azadiractina, uno de los principales compuestos del Neem

Como repelente también es una alternativa natural al DEET (N, N-Dietil-meta-toluamida), sustancia sospechada de neurotóxica a pesar de sus características de durabilidad. Debe usarse en muy bajas proporciones (5 al 15%) ya que es un solvente difícil de degradar.  DEET fue formulado originalmente como pesticida para uso agrícola por el ejército de EEUU, pero devino en repelente contra insectos, sobretodo luego de las experiencias de la guerra en Vietnam.

Los pesticidas son  sustancias químicas utilizadas en la actividad agropecuaria para eliminar hongos, insectos o malezas. Destinados a erradicar o matar, son necesariamente sustancias tóxicas en mayor o menor medida. Son por lo tanto peligrosas, sobre todo por una importante razón: la mayor parte de los pesticidas son  arrojados directo al medio ambiente. Estas sustancias suelen ser persistentes; esto significa que permanecen en los ecosistemas durante largo tiempo, con sus consecuentes efectos como la acumulación en las cadenas alimentarias: hay poca cantidad de pesticida en el pasto, pero la concentración será mayor en la carne y/o leche del ganado que coma ese pasto. De ahí sus riesgos sobre el ecosistema y la salud humana.

En comparación, el aceite de Neem no es tan duradero y efectivo como repelente o insecticida, pero es “ambientalmente amigable” y puede también ser combinado y potenciado con otras plantas u organismos para diversos fines. En este sentido es que comienzan a desarrollarse “biopesticidas” como alternativa más segura.
El aceite de Neem no es tóxico para humanos, mamíferos, aves, agentes polinizadores ni para animales de sangre caliente. Es biodegradable a velocidades considerables si se lo expone a las radiaciones solares o se lo mezcla con agua. En su proceso de degradación aporta nutrientes al medio que lo sustenta, especialmente compuestos de  azufre y nitrógeno, que actúan como fertilizantes en el sustrato que degrada al Neem. Por todo esto y muchas virtudes más, el Neem es uno de los árboles que utilizaremos en un futuro inmediato para ayudar a resolver nuestros problemas ambientales y de salud.

Desde INTEGRACION QUÍMICA S.R.L. ya comenzamos a transitar ese futuro.

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Detalle de hojas y fruto de Neem (Azadirachta Indica)



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